Fluffy, Billy y Flubby.
Fluffy, Billy y Flubby eran tres conejitos alegres que pasaban sus días en una acogedora jaula en el jardín de su querido dueño. La jaula estaba llena de juguetes coloridos y cada día eran mimados con deliciosas zanahorias, lechuga crujiente y heno fresco.
Fluffy, el valiente padre de Flubby, siempre velaba por su familia. Cuando el astuto gato de los vecinos se acercaba a la cerca, Fluffy estaba listo. Con un fuerte resoplido y poderosos golpes de pata, espantaba al gato para mantener a salvo a su familia de conejos.
Billy, la cuidadosa madre de Flubby, siempre tenía abrazos acogedores y lametones amorosos para su hijo. Ella le enseñaba importantes modales de conejo, como cómo lavarse, limar sus dientes e incluso cómo mover sus largas orejas cuando escuchaba los sonidos a su alrededor.
Flubby, el conejito curioso y juguetón, siempre estaba listo para la aventura. Saltaba por el césped, brincaba alegremente en el aire y rodaba como una bola peluda. Y durante sus aventuras, hizo innumerables nuevos amigos entre los otros animales del jardín: pájaros, mariposas ¡e incluso caracoles!
Juntos, estos tres conejitos formaban una familia inseparable y feliz. Bajo la mirada atenta de su dueño, disfrutaban de los cálidos rayos del sol, la suave brisa y las fragantes flores en el jardín. Sus días estaban llenos de juegos, diversión y amor, lo que los hacía siempre saltar con una sonrisa en el rostro.